Memoria de San Ireneo, obispo y mártir: 28 de Junio (P. Thomas Deely, C.Ss.R.)

The Good Word

Hoy celebramos a San Ireneo, uno de los primeros teólogos de la Iglesia. Nació Ireneo en lo hoy día es Turquía. Llegó a ser sacerdote en Lyon que hoy día es un pueblo al Sur de Francia. Lyon fue parte del imperio Romano. Los Romanos mataron muchos cristianos. Cuando Ireneo llegó de un viaje de Roma halló muchos cristianos masacrados inclusive Ponthio el obispo. Por eso Ireneo llegó ser un gran obispo. En ese tiempo los llamados gnósticos no creían en la unión entre el cuerpo y el espíritu. Por eso no podían aceptar a Cristo como Dios y también hombre…ser humano al igual que divino. Ireneo enfatizó estas cosas:

*Hay un lazo entre el Viejo y el Nuevo Testamentos llegando a la persona de Cristo. De Jesús

Hay un solo Dios en la Creación y la Salvación llegando al Misterio pascual de Jesús

No hay nada malo y corrupto en la creación

Ireneo nos enseña que fue únicamente por el pecado que perdimos la imagen y semejanza a Dios con las cuales hemos sido creados

Ireneo enseña que en Cristo se ha devuelto a nosotros nuestra imagen y semejanza a Dios cosa dañada por Adán

Finalmente nos enseña Ireneo que el Dios de la Salvación en Cristo ha sido quien nos llegaba ofrecer la NUEVA VIDA porque Cristo Jesús por su Encarnación asumió en si mismo nuestra humanidad herida.

Creo yo que cada vez que San Ireneo le habló a la gente sobre el hombre con la lepra que le dice a Jesús: “Señor, si quieres, puedes curarme” pues Ireneo dejó bien dicho a la gente que, si Jesús no hubiera sido ambas cosas, o sea un buen hombre de Dios y un buen hombre que era, a la misma vez el propio Hijo de Dios, pues Jesús mas nunca podía haber dicho; Si! Te quero curar. Otra cosa importante que creo yo que Ireneo había hecho fue recordarle al hombre que él acabó de sanar para que el hombre fuera a los sacerdotes de aquel entonces para ofrecer una ofrenda de gratitud…Uds. y yo sabemos que hoy en día hay cosas peores de la lepra y enfermedades de la piel o del cuerpo. Por eso vamos a orar así. Jesús, te damos gracias por su querido San Ireneo y sus buenas y sabias enseñanzas. Pero Jesús le pedimos también que nos ayude luchar, orar y hacer todo lo posible acabar los odios, las injusticias, las guerra y divisiones que aunque no dañan el piel dañan su imagen y su semejanza en nuestras almas.