LA CERÁMICA DE TALAVERA

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El municipio de Talavera de la Reina en la provincia de Toledo, a menos de media hora de Madrid, es, por méritos propios, la ciudad de la cerámica. Un oficio transmitido de generación en generación que ha sido seña de identidad de esta localidad.

La cerámica de Talavera de la Reina es un producto de arcilla, decorada con esmaltes metálicos, que tiene tres usos principales: el doméstico, en forma de vajillas y otros objetos para el hogar; el arquitectónico, que se manifiesta en coloridos azulejos que podemos encontrar en fuentes o bancos de plazas y parques; y el decorativo que descubrimos en los murales cerámicos y cuya función es más estética que utilitaria.

Esta técnica de producción de cerámica tiene cinco siglos de antigüedad y su uso es tan generalizado que las piezas de Talavera se han vuelto una parte clave en la identidad visual de España, siendo casi omnipresentes en las pinturas y bodegones de grandes pintores barrocos como Zurbarán y Velázquez.

La técnica de fabricación y decoración de este tipo de cerámica tiene origen musulmán, pero fue adoptada por los artesanos de Talavera de la Reina y parece que se popularizo en el siglo XVI, cuando el rey Felipe II ordenó su uso para la obra del monasterio del Escorial. Posteriormente, Felipe III aprobó una ley en la que prohibía utilizar la plata y el oro en la decoración de las casas, la nobleza se vio obligada a sustituir sus vajillas de oro y plata por otras de cerámica y este fue, el momento en el que la demanda se disparó entre la sociedad española.

A lo largo de los siglos, la cerámica ha vivido etapas de más o menos esplendor, así por ejemplo, la guerra de la Independencia estuvo a punto de provocar la desaparición de los hornos talaveranos.

Para crear una sola pieza , los artesanos pisan el barro para extraer burbujas de aire e impurezas, y después moldean la arcilla en un torno. La pieza se deja secar unos días antes de cocerla por primera vez a una temperatura de 850ºC. Una vez que se verifica que no tenga fisuras, se aplica el vidriado inicial de color blanco, y después se decora cuidadosamente con colores específicos, entre los que destacan el azul, amarillo, naranja, verde y malva. Finalmente, la pieza se cuece por segunda vez, obteniendo así su característica apariencia brillante. La creación de una pieza puede durar entre uno y tres meses de trabajo.

Hoy en día esta cerámica tiene un uso mayoritariamente decorativo, y aunque los diseños se han actualizado con el tiempo, y ahora es posible encontrar piezas con motivos poco tradicionales, e incluso hechas en colaboración con diseñadores y artistas de renombre, se sigue respetando el proceso artesanal original.

En 2019, los procesos para la elaboración de la cerámica de Talavera fueron incluidos en la Lista de Patrimonio Inmaterial de la UNESCO.

Es imprescindible, después de escuchar este audio, investigar y conseguir visualizar imágenes de esta cerámica para disfrutar con el derroche de historia y color que contagian estas piezas.